Cuando el amor romántico acaba, el matrimonio sufre una gran decepción al ver caída la ilusión de la elección afortunada; es aquí en donde empieza uno de los mayores conflictos de la relación: aceptar la diferencia, que nos invita a mirar quienes somos realmente, lo que nos gusta y no de nuestra pareja, lo que toleramos y no toleramos, lo que nos molesta, lo que nos parece una falta de respeto, lo que nos hace perder la paciencia, en fin, una serie de debilidades que no veíamos hasta ese momento e inmediatamente pensamos que nuestra pareja cambió. Y no nos damos cuenta que en esta situación, se nos presenta una nueva oportunidad: «el reto de poder ser mejores de lo que fuimos».
Atravesar esta crisis implica luchar contra las fuerzas superiores de pensar que todo ha terminado porque «ya no se siente la emoción» o que se ha fracasado como pareja.
Tomar la oportunidad permitirá que el amor empiece a tomar otros componentes que van más allá del romanticismo y la pasión, el fortalecer la intimidad emocional, la amistad, el compromiso y la proyección de vida en común, los sueños compartidos, entre otros, que ayudan a la pareja a crecer y juntos madurar, como bien dice MichaelV.Miller, «….resistir en esta lucha es la clave de experiencia vital que puede conducir a la madurez, incluso a la sabiduría».
Así que ahora sabes, con el tiempo el amor no acaba si juntos toman sabias acciones, si aprenden mutuamente a aceptarse, valorarse y si ambos aún quieren seguir renovando el compromiso de construir día a día el mejor vínculo para los dos.
¡¡Les deseo lo mejor!!
María Inés Gutierrez Eguren
Psicologa-C.Ps.P 6159
Terapeuta Familiar y de Parejas